Las Investigaciones de Casey Sobre la Interacción Solar-Geológica
En su trabajo “Correlation of Solar Activity Minimums and Large Magnitude Geophysical Events” (http://www.spaceandscience.net/sitebuildercontent/sitebuilderfiles/ssrcresearchreport1-2010.doc), J. Casey desarrolla un interesante trabajo que correlaciona la actividad volcánica y sísmica de los últimos 300 años, versus los valores de actividad solar basados en el SSN (número de manchas solares). Considerando la lista de las explosiones volcánicas modernas más importantes registradas en el periodo de estudio, el análisis concluye que gran número de éllas ocurrió durante periodos de baja actividad solar, especialmente durante los llamados periodos de hibernación solar de Maunder (1645-1715) y Dalton (1790-1830), tal como muestra la lista a continuación:
Volcano | Location | Year | |
1 | Shiveluch | Kamchatka Penninsula | 1650 |
2 | Long Island | N.E. New Guinea | 1660 |
3 | Usu | Hokkaido, Japan | 1663 |
4 | Shikotsu | Hokkaido, Japan | 1667 |
5 | Gamkonora | Halmahera, Indonesia | 1673 |
6 | Tongkoko | Sulawesi, Indonesia | 1680 |
7 | Fuji | Honshu, Japan | 1707 |
8 | Katla | So. Iceland | 1721 |
9 | Shikotsu | Hokkaido, Japan | 1739 |
10 | Katla | So.Iceland | 1755 |
11 | Pago | New Britain | 1800 |
12 | St.Helens | Washington State, USA | 1800 |
13 | Tambora | Lesser Sunda Islands,Indo. | 1815 |
14 | Galungung | Java, Indonesia | 1822 |
15 | Cosiguina | Nicaragua | 1835 |
16 | Shiveluch | Kamchatka Penninsula | 1854 |
17 | Askja | N.E.Iceland | 1875 |
18 | Krakatau | Indonesia | 1883 |
19 | Okataina | New Zealand | 1886 |
20 | Santa Maria | Guatemala | 1902 |
21 | Lolobau | New Britain | 1905 |
22 | Ksudach | Kamchatka Penninsula | 1907 |
23 | Novarupta | Alaska Penninsula | 1912 |
24 | Azul, Cerro | Chile | 1932 |
25 | Kharimkotan | Kuril Islands | 1933 |
26 | Bezimianny | Kamchatka Peninsula | 1956 |
27 | Agung | Lesser Sunda Islands, Indo. | 1963 |
28 | St. Helens | Washington State, USA | 1980 |
29 | El Chichon | Mexico | 1982 |
30 | Pinatubo | Philippines | 1991 |
31 | Hudson, Cerro | So. Chile | 1991 |
Análisis de Sismicidad Global, Magnitud, Versus Actividad Solar
En un interesante análisis, Murdock (2011) generó un interesante estudio estadístico sobre más de 5000 eventos sísmicos ocurridos en la franja comprendida entre 40°N y –35°S (la zona de comportamiento crítico de la frecuencia foF2) entre el ciclo solar #1 y #24. Los resultados demuestran que, desde el ciclo solar #14 la actividad sísmica global ha aumentado de manera importante, y que, tal como concluyó J. Casey, existe un comportamiento inversamente proporcional entre sismicidad y actividad solar:
Gráfico N°1: Correlación de Manchas Solares y Cuenta Sísmica, Ciclos Solares #1 al #24 (Gentileza: Murdock)
En Gráfico N°1 se analizó la correlación de manchas solares contra el número de sismos. Como puede apreciarse, durante los ciclos #12 y #15, la sismicidad aumentó de manera anómala, coincidiendo dicho periodo con la hibernación solar de Dalton. Además, es posible visualizar que, desde el ciclo #21 hasta la actualidad, el número de manchas ha caído de manera sensible, mientras que el número de sismos se disparó de manera alarmante.
Gráfico N°2: Correlación de Actividad Solar (basada en el SSN), Cuenta Sísmica, y Magnitud. (Gentileza: Murdock)
El trabajo de Murdock por lo tanto, corrobora y complementa de manera categórica lo realizado por J. Casey. Además, permite el desarrollo de una herramienta de predicción de largo plazo que proporciona valores tentativos del comportamiento sísmico global con bastante confiabilidad.En el siguiente estudio (Astro 2010), se analizó la cuenta de prominencias solares (otros de los mecanismos para observación de la actividad solar) y la sismicidad global basada en los registros sísmicos de la USGS;
Como puede apreciarse en el Gráfico N°3, la interpolación indica un ligero incremento de la sismicidad contra el número de prominencias solares (flares). Este análisis remata la experiencia de Casey y Murdock, demostrando la proporción inversa descrita anteriormente.
Conclusiones y Reflexiones Finales
El trabajo de Casey, así como el estudio de Murdock, permiten visualizar de manera clara el comportamiento inverso entre la actividad solar y la actividad volcánica y sísmica. La causa de este fenómeno aun no es definida claramente, pero las hipótesis que podrían barajarse son las siguientes: (a) variaciones termodinámicas del núcleo terrestre producto del aumento de los CGR (rayos cósmicos galácticos), que han de ingresar con mayor facilidad hacia sistema solar interior durante periodos de baja actividad solar dado el debilitamiento de la heliosfera; (b) variaciones barométricas sobre el juego tectonico terrestre producto del aumento de la capa nubosa por la interacción de los CGR con los componentes atmosféricos (http://clubdeastronomia.wordpress.com/2010/07/19/sobre-la-teoria-de-la-relacion-entre-particulas-cosmicas-y-terremotos/); (c) aumento de la agresividad de las anomalies solares (CME’s HSS’s, etc) debido al debilitamiento del ambiente heliosférico; (d) alteraciones geomagnéticas conducidas por el debilitamiento heliomagnético. Todas estas alternatives han sido identificadas como posibles precursoras de periodos sísmicos cíclicos del planeta, y todas éllas ocurren generalmente en periodos de baja actividad solar.
Basado en este esquema de comportamiento, es posible evidenciar entonces de manera tentativa la actividad vulcanológica y sísmica sobre cualquier sistema de predicción de la conducta solar. En este sentido, el panorama geológico para los próximos 20 años infiere un aumento sustancial de la cantidad de terremotos y erupciones volcánicas. Tanto la extrapolación de D. Hathaway (http://clubdeastronomia.wordpress.com/2010/06/01/david-hathaway-ultima-actualizacion-del-ciclo-solar/), como la extrapolación del análisis de prominencias solares-sismos, encaminan a deducir un incremento de la actividad geológica acorde avancen los próximos ciclos. Esta prospección futura permitiría finalmente, generar sistemas de aviso y monitoreo de la gente en riesgo volcánico-sísmico, y evitar con éllo problemas y desgracias mayores con años de anticipación.
Astro / Murdock 2011
En 2009 apareció la “Teoría General de las Tres en Raya de las Placas Tectónicas“, según la cual habría una estrecha relación entre la actividad del Sol y los movimientos sísmicos en nuestro planeta. Esta teoría, elaborada por el profesor Rafael López Gerrero, cuyo equipo lleva años estudiando los cambios climáticos que están aconteciendo en nuestro Sistema Solar, sostiene que tras una tormenta solar y su impacto en la magnetosfera terrestre, la carga electromagnética absorbida por la ionosfera aumenta la presión sobre las placas tectónicas, de manera que la actividad sísmica se eleva.
Según esta idea, en la que también trabajan el “Grupo de Investigaciones Ionosféricas del CNRS” de París y el “Instituto de Geofísica y Física Planetaria” de la Universidad de California, entre otros, una sucesión de tormentas solares en un corto plazo de tiempo podría provocar un desequilibrio geomagnético que se traduciría en perturbaciones que afectan a las placas tectónicas. Este desequilibrio geomagnético produce corrientes de convección que ionizan la atmósfera y provocan cargas de electricidad estática que alteran el comportamiento de las nubes en las capas superiores de la atmósfera. Simultáneamente, se produce un fenómeno de inversión térmica en las zonas donde la Ionosfera es más densa. El efecto desencadenaría un movimiento de placas tectónicas, de intensidad apenas perceptible en el hemisferio Norte, pero absolutamente descompensado respecto a las zonas ecuatoriales y el hemisferio Sur. La clave, por tanto, está relacionada con el impacto de la tormenta solar en la Tierra más que con la tormenta solar en sí misma.
Los estudios realizados a partir de los datos que se obtuvieron tras el terremoto de Indonesia, en septiembre de 2009, concluyeron que, tras la actividad solar de los días 24 a 26 de aquel mes, la fuerza del campo magnético empujó la ionosfera y aumentó la presión sobre los océanos. El agua salada, de propiedades electromagnéticas, se volvió más pesada y presionó las placas del Pacífico, especialmente de la región oeste de las islas del sur de dicho océano.
Tras la última gran tormenta solar del pasado 14 de febrero, se detectaron variaciones en la Resonancia Schumman, la vibración de baja frecuencia del campo magnético terrestre y que hasta hace poco se consideraba constante, coincidentes con una importante actividad sísmica en el Pacífico. Los últimos datos aportados al estudio del profesor López Guerrero pertenecen al reciente terremoto de Japón, el segundo más importante del que se tiene constancia.
El estudio concluye que la actividad sísmica tendría, por tanto, su origen en perturbaciones externas a nuestro planeta, quedando descartado el origen endógeno de las perturbaciones geotectónicas. Es decir, que los fenómenos sísmicos obedecen a una lógica cósmica, no a una lógica interna terrestre. La magnetosfera, los rayos cósmicos y sus perturbaciones serían la clave de los seísmos.
De confirmarse la relación entre las tormentas solares y el movimiento de las capas tectónicas, estaríamos ante otro apartado más de la enorme influencia de las perturbaciones electromagnéticas sobre nuestro planeta que habría que añadir a las influencias biológicas y, como no, tecnológicas.
–Todos los datos del estudio en la web de Starviewer Team.