Espiritualidad y ciencia


ABC 27/01/11

No lo dice un grupo «new age», ni unos amantes de la pseudociencia o de la falsa espiritualidad, sino un equipo de psiquiatras liderado por el Hospital General de Massachusetts, que ha realizado el primer estudio que documenta cómo ejercitar la meditación puede afectar al cerebro. Según sus conclusiones, publicadas en Psychiatry Research, la práctica de un programa de meditación durante ocho semanas puede provocar considerables cambios en las regiones cerebrales relacionadas con la memoria, la autoconciencia, la empatía y el estrés. Es decir, que algo considerado espiritual, nos transforma físicamente y puede mejorar nuestro bienestar y nuestra salud.

 «Aunque la práctica de la meditación está asociada a una sensación de tranquilidad y relajación física, los médicos han afirmado durante mucho tiempo que la meditación también proporciona beneficios cognitivos y psicológicos que persisten durante todo el día», explica la psiquiatra Sara Lazar, autora principal del estudio. «La nueva investigación demuestra que los cambios en la estructura del cerebro pueden estar detrás de esos beneficios demostrados, y que la gente no se siente mejor solo porque se han relajado», apunta.

Lazar ya había realizado estudios previos en los que había encontrado diferencias estructurales entre los cerebros de los profesionales de la meditación, con experiencia en este tipo de prácticas, y los individuos sin antecedentes, como, por ejemplo, un mayor grosor de la corteza cerebral en áreas asociadas con la atención y la integración emocional. Pero entonces la investigadora no pudo confirmar si este proceso había sido fruto de, simplemente, haber pasado unos ratos de reflexión.

Conciencia sin prejuicios
Para el estudio actual, los científicos tomaron imágenes por resonancia magnética de la estructura cerebral de 16 voluntarios dos semanas antes y después de realizar un curso de meditación de ocho semanas, un programa para reducir el estrés coordinado por la Universidad de Massachusetts. Además de las reuniones semanales, que incluían la práctica de la meditación consciente, que se centra en la conciencia sin prejuicios de sensaciones y sentimientos, los voluntarios recibieron unas grabaciones de audio para seguir con sus cavilaciones en casa.

Los participantes en el grupo de meditación pasaron 27 minutos cada día practicando estos ejercicios. Sus respuestas a un cuestionario médico señalaban mejoras significativas en comparación con las respuestas antes del curso. El análisis de las imágenes por resonancia magnética encontró un incremento de la densidad de materia gris en el hipocampo, una zona del cerebro importante para el aprendizaje y la memoria, y en estructuras asociadas a la autoconciencia, la compasión y la introspección. Además, se descubrió una disminución de la materia gris en la amígdala cerebral, un conjunto de núcleos de neuronas localizadas en la profundidad de los lóbulos temporales, lo que está relacionado con una disminución el estrés. Ninguno de estos cambios fueron observados en el grupo de control formado por otros voluntarios, lo que demuestra que no fueron resultado solo del paso del tiempo.
«Es fascinante ver la plasticidad del cerebro y cómo, mediante la práctica de la meditación, podemos jugar un papel activo en el cambio del cerebro y puede aumentar nuestro bienestar y calidad de vida», dice Britta Hölzel, autora principal del estudio. El hallazgo abre las puertas a nuevas terapias para pacientes que sufren problemas graves de estrés, como los que soportan un agudo estrés post-traumático tras una mala experiencia.

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La meditación eleva las defensas contra el cáncer

 El ICIC y el Centro Milarepa celebran un congreso científico internacional en  Las Palmas de Gran Canaria, sobre los beneficios del yoga y otras técnicas en la curación emocional del enfermo oncológico

MARÍA JESÚS HERNÁNDEZ  La Provincia Miércoles 02 de febrero de 2011

La meditación es una herramienta complementaria al tratamiento médico del cáncer que, además de contribuir a la curación emocional del paciente, mejora su sistema inmunológico.
Así lo afirmó ayer el director del Instituto Canario de Investigación del Cáncer y jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Negrín Pedro Lara, durante la presentación del Congreso Internacional Encuentro entre Ciencia y Meditación, organizado por el Centro Milarepa y el ICIC y que se celebra en la capital grancanaria desde hoy hasta el día 5.

"El estrés produce una disminución de las defensas, y aquellas personas con cáncer que han mantenido un tono vital para no entrar en depresión o controlar su estrés crónico viven más y mejor que los que no han podido superar el impacto emocional de la enfermedad", apuntó el doctor Lara.

El especialista en Oncología Radioterápica recordó que en la lucha contra el cáncer se ha avanzado fundamentalmente en dos terrenos: por un lado se ha conseguido a través del diagnóstico precoz incrementar considerablemente la curación de los tumores más frecuentes como es mama en la mujer y próstata en el hombre, así como mejorar la calidad de vida de los pacientes gracias a los cuidados paliativos. A su juicio, el siguiente reto debe ir encaminado a la curación emocional de los pacientes.

"Tenemos mucho más cerca para los tumores más frecuentes la curación biológica, y ahora debemos centrarnos en la curación emocional. Necesitamos dotar al propio paciente de una gimnasia, de una estrategia que le permita hacer esa transición tan difícil desde el momento del diagnóstico hasta la aceptación de la enfermedad, minimizando los cuadros más frecuentes que se producen en los pacientes de cáncer que son la ansiedad generalizada y la depresión".
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 La Espiritualidad una esperanza para la humanidad

Muchos cambios traerá para todos  de aquí al 2012. Se ha escrito mucho sobre lo que puede ocurrir, pero lo esencial es que puede haber un cambio drástico de la vida en el planeta.

Desde joven leía libros sobre maestros o escritos por ellos, seres que engrandecen la naturaleza humana. Maestros y mensajes desconocidos para las religiones oficiales, ya que sus estudiosos pocas veces son conscientes de la riqueza espiritual y humana que existe fuera de sus tradiciones.

Cada vez hay más personas que creen que la humanidad esta destinada a vivir unida en este planeta suspendido en el espacio. Creo que el hombre esta pasando de pensar y vivir localmente, a tener una visión y experiencia global, evolucionando hacia una visión de nuestro cosmos mucho más amplia.

Este blog nace del impulso y necesidad de comunicarnos y colaborar, y sobre todo de prepararnos positivamente para lo que puede venir. Creo que ya se ha hablado mucho negativamente, aportando pocas soluciones y salidas para la angustia que genera las consecuencias sobre nuestra vida, si se cumplieran las peores previsiones que existen.

Nos encontramos en un momento histórico con posibles cambios climáticos y planetarios. Muchos nos hacemos preguntas, como:

¿Por qué esta ocurriendo todo esto?
¿Cuan violentos serán los cambios?
¿Que va a pasar en el futuro inmediato?
¿Como va a repercutir en todos los aspectos de la actividad humana?
¿Como va a repercutir en mi vida?
¿Qué papel tengo en esta situación?

Cada uno de nosotros puede hacerse estas u otras preguntas y buscar las respuestas en el interior.


Creo que vivimos en un tiempo paradójico que viaja al encuentro del tiempo real que ya nos esta alcanzando, muchos hablan de una fecha, la del 21 de diciembre del 2012, ¿o del 2011?. Este tiempo es un proceso para cambiar nuestra percepción de lo que somos realmente, es un tiempo para el cambio interior, una revolución de la conciencia individual a una conciencia colectiva más espiritual, social, humana y colaborativa.

La espiritualidad y la física quántica coinciden en señalar que la realidad es un reflejo de nuestro estado interior y que en nosotros existe la potencialidad como para cambiarnos a nosotros mismos y nuestro entorno. Este encuentro entre la ciencia y la espiritualidad coinciden con un momento trascendental para la humanidad, en una encrucijada entre la crisis económica que ha puesto en duda el sistema actual, y una crisis en la espiritualidad del hombre que llena de dudas al ser humano sobre su propia trascendencia. 


Quizás es necesario enfrentar retos de supervivencia para despertar y recordar lo que hemos olvidado, que somos seres luminosos que estamos de paso en la tierra para aprender, y que cuando aprendemos y realizamos lo que venimos a hacer, nos despojamos de nuestras vestiduras y partimos de nuevo hacia la luz, de donde hemos venido.

Muchos niños recuerdan su naturaleza y la esencia de Dios, pero con el tiempo este recuerdo se va volviendo borroso hasta que es sepultado por el adulto que se llena de dudas sobre “el otro mundo”.   Recuerdo cuando mi hijo de cuatro años respondió a la pregunta ¿Dónde está Dios?, “Esta en todas partes, esta en la mesa (toco la mesa) esta en los azulejos (y los señalo), y hizo un gesto, como para decirnos que estaba allí rodeándonos”.

La esperanza para la humanidad reside en recordar de nuevo que provenimos del cielo, que somos seres luminosos que hemos venido aquí a aprender a pensar el bien, hablar el bien y hacer el bien en la comunidad. Nuestra naturaleza se basa en el amor, la paz, el equilibrio y la armonía. Nuestra esencia es compasiva, cariñosa y buena. Y esta es la base para una nueva humanidad compasiva y generosa.

Esta maravillosa esencia humana será necesaria para afrontar los retos que como individuos y como comunidad humana habremos de enfrentar en este presente-futuro que se desliza ante nuestra vista.