17 may 2013

Triguerinho: Centellas del despertar



Centellas del despertar
 La llama azul recorrió universos infini­tos, y en la Tierra escondió una simiente sagrada, que ahora comienza a germinar. Abrid el corazón y acoged su invisible presencia.

1. Sabéis de la importancia de que os mantengáis en sintonía con Nosotros. Pongo énfasis en este punto, pues si esa coligación no está consolidada, el servicio no se puede profundizar. La Jerarquía alimenta la llama del despertar; la Gran Vertiente derrama sus bendiciones sobre los que respon­den al llamado. Los que lo puedan oír, que sigan las indica­ciones. Es necesario elevar la rema, y el momento es ahora.
2. Se cumplió el tiempo de la tibieza, de la oscuridad y de los pactos aviesos. Ya no es posible permanecer en la indecisión. Que el aspirante sepa a cuál Señor está sirviendo.
3. Si buscáis la luz, entregaos a ella. No os engañéis ‑se necesita firmeza y fidelidad. Las llaves del poder serán entregadas a los que crucen el Portal. Que los servidores caminen, que reconozcan el valor de la entrega, que amen verdade­ramente.


 
4. Nuestro poder instruye. Nuestro poder redime. Nuestro poder gobierna la vida del espíritu. Los vegetales reconocieron bellamente el poder de la luz. Que el hombre sepa apren­der, con esos hermanos, la lección de la humildad.
5. Al discípulo no siempre le es posible captar con preci­sión el mensaje que le es transmitido. Son tantas las emana­ciones de las esferas intermedias que casi siempre es nece­sario aguardar que la atmósfera se aclare. Por eso Nosotros indicamos la pureza coma fundamento para la unificación con las corrientes superiores. Que el discípulo cuide sus ema­naciones. El pensamiento y el deseo determinan la sintonía.
6. Tengo mucho para deciros, pero os debo transmitir las instrucciones en forma gradual. Estamos tejiendo un deli­cado manto; no dejemos que las hebras se enreden. El ardor es necesario en este trabajo, como también la permanente renovación de los votos. Mi energía y la vuestra deben estar correctamente entretejidas ‑serán amalgamadas y se tornarán una única expresión. Punto por punto, la obra será ma­nifestada. No tengáis ansiedad, pero estad preparados.
7. La devoción es la llama que sostiene al peregrino en el camino ‑y lo hace avanzar. Que sea pura. Que él sepa morir para lo que ya pasó.
8. la devoción y la humildad son la base de la entrega. De la unión de esas corrientes nace la reverencia. Hay deli­cadas simientes germinando, el planeta se transforma rápi­damente. Asumid el Camino con sinceridad.
9. El discípulo entregó su existencia al Maestro. El Maes­tro y la esencia del. discípulo son una misma vida. ¿Cómo puede la mente aprehender una unión tan sublime? Solamen­te en el reino del espíritu se conoce la unificación de los es­labones de esa cadena.
10. La existencia en las esferas sublimes tiene a la devo­ción como uno de sus fundamentos. Todas sus partículas vibran en gloria al Creador. La devoción tiene al Rayo del Po­der como sustrato ‑por eso conduce al espíritu por el cami­no de la trascendencia continua. Al discípulo le es indicado encontrarla en sí, y cultivarla con pureza. ¡Qué bello llama­do resuena por los cielos del planeta! Que sepan oírlo los que deben ascender.
11. La llama de la vida es eterna, mas su resplandecen­cia varía según las condiciones del ambiente que la acoge. Por eso Nosotros indicamos la permanente afirmación de los
votos interiores. Es necesario fortalecer el vínculo con la Jerar­quía. Es necesario que el cielo y la tierra se unifiquen. Es ne­cesario que el amor supremo impregne todas las partículas. Es tiempo de despertar.
12. Como una orquesta ‑así se interrelacionan las energías de las diferentes esferas. Hay momentos en que debe tocar un único instrumento; hay otros en que se entretejen los sonidos de varios de ellos. Hay, inclusive, raras oportuni­dades en las cuales todos emiten, al mismo tiempo, los acor­des de la sinfonía. El Gran Regente todo lo conduce, todo lo conoce, todo lo observa. No os equivoquéis, la operación está bajo control: la nueva Tierra surgirá, y mostrará su verda­dera faz.
13. La vida en la superficie del planeta será transfigura­da. Ese proceso ya comenzó, y por eso os pido firme e imperturbable determinación para proseguir en el Camino. Alimen­tad la llama de la fe en vuestro corazón ‑y en el de vuestros hermanos. Estad atentos a esta recomendación, y permane­ced vigilantes, pues es necesario avanzar.
14. Fe. En dos letras, un poder que es capaz de transfigu­rar toda la existencia.
15. La manifestación de los universos se fundamenta en leyes precisas, y de algunas ya tuvisteis noticia. Todavía, es necesario no solo registrarlas en vuestro archivo mental, sino también vivenciar sus expresiones superiores. Para algunos ese proceso es consciente, y así se plasma el signo de las es­feras celestiales en el mundo concreto.
16. Las leyes que rigen un universo se presentan bajo tra­jes diferentes en cada estrato de la manifestación. Al discí­pulo le es pedido que reconozca cada una de ellas y que por medio de esa escalera llegue a la Fuente.
17. Tal como ocurre con las leyes, las energías se desdo­blan en una infinidad de expresiones. Delimitan ámbitos específicos, en los cuales los seres evolucionan. Cruzar las fron­teras de un ámbito significa contactar nuevas energías y nue­vas leyes. La Tierra estuvo aislada del cosmos, cuerpo del cual forma parte, pero ahora es tiempo de reintegrarla, y por eso Mi Rayo se hace presente.
18. Es necesario comprender correctamente el sentido de la palabra poder. Esa comprensión no emerge en la conciencia hasta que ella haya atravesado ciertos velos y en­contrado en su esencia la fuente del amor que es sabiduría. En este universo el poder proviene del amor; mas al penetrar ámbitos mayores se percibe que el amor proviene del supre­mo poder.
19. La existencia cósmica es infinita; su manifestación, in­conmensurable. Las puertas de otros universos actualmente están abiertas para los seres de este planeta y ya se están realizando traslados. La actitud indicada es la de no tener expectativas y cultivar el desapego. Cada ser tiene su pro­pio camino. Que la mentalidad terrestre aprenda, de una vez por todas, a inclinarse ante la sabiduría del cosmos.
20. ¿Pueden el viento y las lluvias obedecer a los dictá­menes del hombre? Por cierto que sí. Pero esto debe hacer­se en armonía con el universo del cual forman parte y no se­gún caprichos o tendencias mentales. La colaboración con reinos paralelos será parte de la vida futura de esta humani­dad y, os digo, no está lejos el tiempo en que esto sucederá abiertamente.
21. Existen trece clases básicas de elementales y múlti­ples escalones en la jerarquía dévica. La. integración de esos reinos en el humano es una necesidad para el desarrollo de la Tierra, mas solo podrá manifestarse ampliamente después de que sea purificada la esfera concreta. La sutilización de la conciencia del hombre es una premisa para eso, así co­mo la tarea de los devas como intermediarios entre los hom­bres y los elementales. Veréis muchos milagros en la actual transición de ciclo, pero no serán más que una ínfima por­ción de la plenitud que le está reservada al planeta.
22. El futuro se aproxima al presente en la medida en que la conciencia se expande. Las más amplias posibilidades están disponibles desde siempre, pero para que se manifies­ten es necesario que los eslabones de la cadena puedan soportar la tensión que proviene de ellas. Sí, la unificación de la humanidad con la Jerarquía es un requisito para la ascen­sión del mundo terrestre.
23. Nosotros nos acercamos al discípulo en el momento preciso. Por lo tanto, no hay razón para que él vacile. Nosotros le dejamos las oportunidades de actuar, a fin de que se adiestre en el control de sus vehículos y en la canalización de la energía para la tarea que está en marcha. Cada uno tiene su parte para cumplir en la manifestación del gran mosaico ‑el Plan Evolutivo‑ y por eso es tan importante cada partícula que se enciende en respuesta a Nuestra convoca­toria.
24. Aun conociendo las leyes que rigen la vida espiritual, muchos estudiantes no las ponen en práctica. Por explicable que sea, tal hecho no se puede justificar. Aquel que busca la luz debe expresar en pensamiento, sentimiento y acción el compromiso asumido. Ese compromiso es interior, entre la conciencia y su Fuente. Pero es irrevocable, y no hay cómo evitarlo. Tarde o temprano, las partículas de luz retornan a la llama Central. Entonces, ¿por qué postergar el futuro lumi­noso y demorar el avance de toda la corriente? Grande es la responsabilidad de los que, pudiendo caminar en direc­ción a la luz, optan por las sombras. Por eso la trama kármi­ca en este planeta es tan pesada.
25. No busquéis culpables. Cada uno es responsable de sus propios actos ‑no hay manera de escapar de esto. El equilibrio de los universos es mantenido por leyes de preci­sión inimaginable para la mente del hombre. Por eso, decimos: transformad en vosotros lo que debe ser transformado en el mundo. Elevad en vosotros lo que en esta Tierra debe elevarse. Amad la luz. Amad, amad verdaderamente.
26. "Conócete a ti mismo". Hace mucho tiempo esa cla­ve fue entregada a los hombres y, hasta hoy, son pocos los que realmente la utilizaron... Sin embargo, no hay otro sen­dero para retornar a Casa.
27. Al buscar conocerse a sí mismo, el hombre se sumer­gió en un pozo oscuro en vez de dirigirse a lo Alto. Giró en tor­no del propio ego, en lugar de ascender al origen del yo. Li­dió con sombras en vez de buscar la fuente de luz. No hay instante que perder. Avanzad decididamente, pues los pla­zos se acortan, y la verdad hace presión para manifestarse en la esfera material. Y ese momento no demora en llegar.
28. La consagración de los universos se logra por la con­sumación de leyes. Al cumplir con perfección su ley regente, todo el universo se incendia, como consecuencia de su pro­pia resplandecencia. La grandeza de esa realización no puede ser descripta con palabras terrestres. El fuego del espacio es omnímodo, y su esplendor solo se revela a los que se tras­cienden a sí mismos. Por eso decimos: ¡avanzad!
29. En esta época, ¿de qué vale involucraros en la cróni­ca de los acontecimientos que asolan la civilización? Ayudaríais más al mundo si vencieseis al enemigo en vuestro in­terior. Pedid la gracia, verdaderamente ‑y ella os será dada.
30. La Jerarquía bendice a todos los que, con sinceridad, se vuelven hacia ella. Sin embargo, a ella se aproximarán en proporción a la propia apertura. Por eso, lo indicado es no pretender conducir Nuestros envíos. A los que nada quieren para sí, les son entregados los mayores tesoros. Que sean oí­das estas palabras, pues los predestinados duermen, mientras deberían caminar.
31. Siempre existirá una ley superior para ser reconocida, aplicada, vivida íntegramente ‑y luego trascendida. La evolución es infinita, sabéis esto. Sin embargo, en esta senda no basta con tener informaciones, hay que transformarlas en instrumento para la ascensión. Indescriptible es el poder de la llama que unifica la reverencia al Supremo con la osadía. A los que penetran en ese fuego y por él se dejan absorber, les son develados los misterios de la existencia. Para ellos, la bóveda celeste se transforma en una pantalla ardiente ‑y viajan por ella. ¡Bienvenidos los osados, los que supieron amar!
32. La ascensión es el camino de la ley. Misterioso es pa­ra el hombre el poder que atrae todas las partículas hacia el Origen. Ese poder emana del Fuego Central y subsiste en la esencia de la Creación. Mi Rayo manifiesta ese poder, y por eso será cada vez más activo en esta época. Él es el anun­ciador de la eternidad y le revela al hombre la senda ardien­te del espíritu. Llamad a los sedientos de Vida. ¡A ellos les mostraré el camino de la Fuente!
33. El silencio es conocido por pocos en este planeta. Pe­ro, las transformaciones que pueden provenir de él son poderosas. El silencio es necesario para la comprensión de las leyes universales y para el cumplimiento correcto de la ta­rea. El silencio es el vestíbulo del Encuentro. Para penetrarlo se necesita devoción; se necesitan pureza y fe.
34. La ley del equilibrio todo lo rige, impregna la existen­cia entera. Está en la pulsación de todas las partículas, se manifiesta de modos diferentes, actúa en diversos ámbitos, mas siempre conduce a los seres hacia la realización. Los mis­terios del cosmos están contenidos en esa ley. Penetrad en ese cauce, discípulo, y reconoceréis vuestra verdadera faz.
35. La inmortalidad es la senda de los elegidos. Por ella llegarán, un día, a la existencia inmutable. Pero no coloquéis un final en esta jornada. Ella es infinita, y por eso se necesita coraje. El coraje es un atributo de Mi Rayo, que hoy en día abre caminos para la nueva Tierra. Sabed valorar la vida en cada esfera ‑todas son parte del gran cosmos, todas deben resplandecer.
36. No hay diferencia de valor entre una acción peque­ña y una grande. Muchos conceptos erróneos, creados por los hombres, se superponen con la realidad, y la recubren de insensatez. En realidad, cualquier movimiento ‑no importa cual sea su proporción‑ repercute en la inmensidad cósmi­ca, y se refleja en las diferentes esferas. Es tiempo de que asu­máis la integración de los universos. Al fin, debéis madurar.
37. La devoción libera al ser de los más pesados grillos. Cual llama ardiente que consume a la materia, conduce al peregrino por el camino infinito. ¡De cuántas dádivas ha re­negado el hombre!... Mas el espíritu es incansable, y en esa lucha se fortaleció. No obstante, no demoréis, más aún, vues­tra llegada.
38. Mucho de lo que en el pasado era considerado reali­zación y meta, hoy, se convirtió en un hecho sin importancia. Así, poco podéis imaginar acerca del futuro del planeta, pues en vuestros archivos mentales no tenéis referencias sobre él. La Tierra guarda un precioso tesoro. Las estrellas saben sobre esto, y por eso Betelgeuse y Sirius entonan juntas nuevos cán­ticos. Apresuraos, y aprended con ellas la clave de la nueva sinfonía.
39. Estrellas, amadas hermanas... En silencio cuidáis del portal de la Gran Morada. Acoged a estos pequeñitos que, nacidos en la Tierra, a los cielos buscan llegar. Lanzad vues­tros rayos al espacio, ellos serán el sendero, la protección y el aliento de los que por amor se rinden a la luz.
40. Apaciguaos. Tenéis Mi presencia. Tenéis Mi Manto protegiéndoos. Nada temáis. Amad. En el corazón, reposad vuestro ser.
41. Las tendencias atávicas sujetan fuertemente la con­ciencia a la densidad material. Pero es necesario atravesar esa barrera, romper los velos que ocultan la luz. La sobriedad es parte del camino hacia la manifestación del espíritu, y el viajero debe saber que, en ese trayecto, todo lo necesario le será ofrecido. De su sintonía dependerá el nivel contactado, y por eso debe celar por el ardor de la llama interna. Que aumente su resplandecencia, que reavive el Bien.
42. No se puede regenerar la Tierra manteniendo al hom­bre circunscrito al ámbito de las leyes materiales. El loto sagrado emerge del lodo, pero su arquetipo subsiste en esferas sublimes. Por lo tanto, es en lo Alto donde se encuentran la clave, la energía y el poder para transformar lo que está aba­jo. Nosotros entregamos a los discípulos las semillas que de­ben ser lanzadas en el suelo de este planeta. Nosotros les confiamos la tarea. Nosotros les indicamos el camino. Que no olviden el valor de lo que les fue dado. Que se manten­gan vigilantes, que no se adormezcan sobre la siembra.

 Triguerinho: LA VOZ DE AMHAJ